Una arquitectura que se propone establecer una relación entre el paciente y el entorno natural, como una manera más de contribuir a su recuperación. El edificio se disgrega en el paisaje: se integra en la naturaleza de manera armónica, con una escala y una materialidad que no se imponen ni contrastan con el contexto.
Son casi 10.000 m² cubiertos que se distribuyen en tres niveles, en un terreno tres veces más grande. Los accesos, espacios públicos y patios, se disponen en la planta intermedia para garantizar un esquema de movimientos razonable dentro del hospital.
La planta superior es la más pequeña en superficie y contiene a las áreas de intervención y de residencia, mientras que el nivel inferior, que permanece "enterrado", se destina principalmente a zonas restringidas accesibles desde el exterior a través de una calle trasera rodada.