A través del reconocimiento de la tierra como recurso predominante en el entorno, y en consecuencia del ladrillo, como el "material natural" de ese sitio, la obra se materializa prácticamente en su totalidad con este recurso.
Originalmente este espacio estaba ocupado por una casa rural y sus corrales. Todo fue desmantelado para reutilizar sus centenarios ladrillos y así conformar la fachada exterior. La intención fue dejar algún rastro del paso del tiempo en esta nueva arquitectura.
En su interior, dos postes de madera, separados en el espacio, se unen cada tarde a través del sol. Al final de cada atardecer se proyecta la sombra de la cruz sobre las curvas paredes de ladrillo del interior de la capilla, conformando un “Via Crucis” en cada ocaso, a lo largo de todo el año.
Capilla San Bernardo, La Playosa, Argentina. Por Estudio Nicolás Campodonico.
Obra ganadora del Wienerberger Brick Award 2018 en la categoría "Sharing public spaces" (compartiendo espacios públicos).
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