El terreno está rodeado de altos edificios y se ubica sobre una colina que le regala a los vecinos buenas vistas de la ciudad.
El esquema propuesto parte de una estructura que alterna la posición de apertura de los departamentos para lograr condiciones óptimas para todos: asoleamiento, ventilaciones y visuales hacia el paisaje urbano.
Esta apertura programática de sus espacios hacia la calle, en una ciudad de muros como lo es São Paulo es sin dudas un ejemplo de esa arquitectura que intenta humildemente transformar la ciudad, haciéndolo con pequeños actos en lugar de buscar protagonismo mediante gestos ostentosos o disruptivos que sólo sirven para llamar la atención.