La Casa de vidrio óptico, de Hiroshi Nakamura & Nap, centra su diseño en la fachada de bloques de vidrio artesanales que permiten el paso de la luz al interior de la vivienda. Detrás de este singular frente nos encontramos con un precioso patio, con frondosa vegetación y una piscina en la que se produce un continuo juego de luces y sombras.
Situada en el centro de Hiroshima, en un entorno hostil y ruidoso, la casa se enclava entre edificios altos con su fachada principal hacia una calle de intenso tráfico de coches y de tranvías. El arquitecto, para obtener la privacidad y tranquilidad en el interior de la vivienda, ha situado un jardín y una fachada de vidrio en el lado de la calle. El jardín es visible desde todas las habitaciones de la casa y actúa de filtro con el ruido y bullicio del exterior. El vidrio de la fachada crea hermosas sombras y reflejos y la luz es filtrada a través de los árboles de este singular jardín, permitiendo el disfrute de la luz y del sol en una atmósfera tranquila y protectora.
6000 ladrillos de vidrio macizo translúcidos componen la pared. Estos bloques, que fueron fabricados de manera artesanal, no dejan pasar el ruido en el interior del patio permitiendo crear un jardín y una piscina abierta en el corazón de la ciudad. Los ladrillos se perforaron uno a uno para montarlos en una estructura compuesta de tensores de acero inoxidable que cuelgan de una viga superior dispuesta a modo de dintel. El resultado final es una rejilla translúcida de acero y vidrio, como si fuera una cascada de agua que fluye esparciendo reflejos de luz y llenando el aire de frescura.
fuente: www.arquitecturayempresa.es
Situada en el centro de Hiroshima, en un entorno hostil y ruidoso, la casa se enclava entre edificios altos con su fachada principal hacia una calle de intenso tráfico de coches y de tranvías. El arquitecto, para obtener la privacidad y tranquilidad en el interior de la vivienda, ha situado un jardín y una fachada de vidrio en el lado de la calle. El jardín es visible desde todas las habitaciones de la casa y actúa de filtro con el ruido y bullicio del exterior. El vidrio de la fachada crea hermosas sombras y reflejos y la luz es filtrada a través de los árboles de este singular jardín, permitiendo el disfrute de la luz y del sol en una atmósfera tranquila y protectora.
6000 ladrillos de vidrio macizo translúcidos componen la pared. Estos bloques, que fueron fabricados de manera artesanal, no dejan pasar el ruido en el interior del patio permitiendo crear un jardín y una piscina abierta en el corazón de la ciudad. Los ladrillos se perforaron uno a uno para montarlos en una estructura compuesta de tensores de acero inoxidable que cuelgan de una viga superior dispuesta a modo de dintel. El resultado final es una rejilla translúcida de acero y vidrio, como si fuera una cascada de agua que fluye esparciendo reflejos de luz y llenando el aire de frescura.
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