Planter Box House es una casa de tres pisos en Kuala Lumpur (Malasia) que celebra la vida sostenible y la autosuficiencia.
Diseñada por el estudio local Formzero para una pareja de jubilados que cultiva sus propios alimentos, la casa ofrece espacio para plantar más de 40 tipos de plantas comestibles dentro de una serie de cajas de concreto en forma de "cascada".
Los arquitectos se refieren a la casa como "una redefinición de la casa tropical contemporánea", priorizando la luz, la ventilación natural y las plantas.
Además de albergar una amplia gama de plantas, cada cantero de concreto proporciona retención de aguas pluviales, convirtiéndose en pequeños reservorios de riego conectados a un sistema que permite el control del nivel de agua en cada caja.
"Este proyecto sirve como una valiosa oportunidad y experiencia no sólo para que el cliente aprenda sobre la agricultura en un entorno tropical, sino también para la comunidad que la rodea", dijo el equipo.
"Se espera que la vida del edificio mejore continuamente, se desarrolle y crezca orgánicamente junto con la pareja que lo habita".
Al entrar, un gran espacio de estar conduce a una cocina y comedor de doble altura, con una ventana de vidrio que se puede abrir en toda su altura. Arriba, un dormitorio y un estudio se encuentran en el primer piso, con otro dormitorio y un salón en el segundo piso, que se abre a una terraza.
La casa está rematada por un techo al que se accede por una escalera caracol, cerrada por maceteros pero también cubierta por plantas más pequeñas.
En todos los niveles, los espacios se mantienen lo más abiertos posible, con los únicos separadores hechos de vidrio para celebrar la siembra visible en la parte delantera y trasera de la casa.
A través de todo esto, se corta la delicada escalera principal de acero, que se sujeta a través de varillas y parece que cuelga del piso superior donde se ha insertado un tragaluz arriba, con aberturas que se pueden abrir para producir un efecto de ventilación como si fuera una chimenea.
El concreto en sí también se inspiró en las tradicionales casas tropicales. El encofrado de bambú partido ha dejado un acabado rugoso y estriado en la superficie.
Un árbol de jazmín existente en la calle frente a la casa también se envuelve en hormigón, para crear una pieza de "mobiliario urbano" que sirve como "una conexión entre la pareja y su vecino", según los arquitectos.