TAKURÚ: Del guaraní, termitero o colonia de las termitas. Comúnmente están a metros del subsuelo. La parte superior es un dispositivo de ventilación, que además hace sombra para que el termitero se refresque.
En Piribebuy, un lugar histórico y rural a 80km de Asunción, se plantea una vivienda para una familia numerosa. Es fundamental decodificar el sitio y entender su aura y su silencio. Comprender los estratos del lugar, sus capas, las dinámicas de los suelos, los vientos, los fluidos, las texturas, los colores, la topografía, la flora y el cielo para generar el menor impacto.
Como punto de partida se toman las construcciones vernáculas, tradicionales, llenas de sabiduría, pertinentes y económicas; donde prima la sensibilidad con el lugar, la inercia térmica, las sombras y penumbras en un clima particular. Se retoma un sistema constructivo del pasado, pero desde el profundo conocimiento de la materia.
De la excavación de una gran fosa se obtiene la materia prima para construir esta vivienda de tierra, austera, económica y amable con el entorno donde el 85% del volumen de la construcción es extraído en el lugar. La materia se vuelve geometría, artificio. La construcción surge del lugar. Gracias a los muros y bóvedas, el suelo se vuelve techo.
En paralelo con la ventilación cruzada convencional, se adopta un sistema de ventilación por el subsuelo, conocido como pozo provenzal, que permite igualar la temperatura del aire exterior con la del subsuelo de la vivienda, que permanece constante durante todo el año entre los 18º y los 21º. Esto permite, tanto en invierno como en verano, utilizar la energía geotérmica en sustitución de los sistemas de climatización convencionales (aire acondicionado, estufas), manteniéndose la temperatura alcanzada en el interior gracias a los gruesos muros de tierra.
Las aguas negras y grises se tratan con un sistema de fitodepuración, que consiste en el tratamiento de las aguas servidas mediante la acción biológica de las raíces de determinadas plantas acuáticas como el camalote (Eichhornia Crassipes), una planta muy extendida localmente y con un gran rendimiento en la depuración. El sistema consiste en la introducción del efluente en un estanque que contiene dichas plantas, cuyas raíces inyectan oxígeno al agua contribuyendo a la acción de las colonias de bacterias aeróbicas contenidas en las mismas. Además, las aguas de lluvia de las cubiertas son canalizadas por un sumidero que las distribuye a las huertas de la familia ubicadas en las zonas más bajas del lugar.
fuente: www.redfundamentos.com
En Piribebuy, un lugar histórico y rural a 80km de Asunción, se plantea una vivienda para una familia numerosa. Es fundamental decodificar el sitio y entender su aura y su silencio. Comprender los estratos del lugar, sus capas, las dinámicas de los suelos, los vientos, los fluidos, las texturas, los colores, la topografía, la flora y el cielo para generar el menor impacto.
Como punto de partida se toman las construcciones vernáculas, tradicionales, llenas de sabiduría, pertinentes y económicas; donde prima la sensibilidad con el lugar, la inercia térmica, las sombras y penumbras en un clima particular. Se retoma un sistema constructivo del pasado, pero desde el profundo conocimiento de la materia.
De la excavación de una gran fosa se obtiene la materia prima para construir esta vivienda de tierra, austera, económica y amable con el entorno donde el 85% del volumen de la construcción es extraído en el lugar. La materia se vuelve geometría, artificio. La construcción surge del lugar. Gracias a los muros y bóvedas, el suelo se vuelve techo.
En paralelo con la ventilación cruzada convencional, se adopta un sistema de ventilación por el subsuelo, conocido como pozo provenzal, que permite igualar la temperatura del aire exterior con la del subsuelo de la vivienda, que permanece constante durante todo el año entre los 18º y los 21º. Esto permite, tanto en invierno como en verano, utilizar la energía geotérmica en sustitución de los sistemas de climatización convencionales (aire acondicionado, estufas), manteniéndose la temperatura alcanzada en el interior gracias a los gruesos muros de tierra.
Las aguas negras y grises se tratan con un sistema de fitodepuración, que consiste en el tratamiento de las aguas servidas mediante la acción biológica de las raíces de determinadas plantas acuáticas como el camalote (Eichhornia Crassipes), una planta muy extendida localmente y con un gran rendimiento en la depuración. El sistema consiste en la introducción del efluente en un estanque que contiene dichas plantas, cuyas raíces inyectan oxígeno al agua contribuyendo a la acción de las colonias de bacterias aeróbicas contenidas en las mismas. Además, las aguas de lluvia de las cubiertas son canalizadas por un sumidero que las distribuye a las huertas de la familia ubicadas en las zonas más bajas del lugar.
fuente: www.redfundamentos.com