La Biblioteca Nicanor Parra, de Santiago de Chile, es el resultado de una serie de operaciones que el arquitecto Mathias Klotz realizó entre 2006 y 2011, en función de preveer futuras intervenciones. El edificio de la Universidad Diego Portales (UDP) está ubicado en el área central de Santiago, una zona altamente densificada. Cuando la UDP cumplió 20 años convocó a Klotz para aumentar la superficie de su infraestructura en 60 mil metros. Corría 2003 y a la universidad concurrían 12 mil alumnos. "Me contrataron como asesor, para coordinar toda la operación. Y como proyectista de tres de las nueve obras que contemplaba el plan, que corresponden al Edificio de Uso Múltiple, la Facultad de Medicina y la Facultad de Economía y Empresa", señala el proyectista.
El plan que puso en marcha contempló la contratación de docentes menores de 40 años de la Facultad de Arquitectura, que desarrollaron obras bajo criterios colectivos predeterminados. "El objetivo fue desarrollar una identidad ligada a una arquitectura responsable, consciente de su entorno, contemporánea y sustentable", explica Klotz.
El nuevo edificio, que atesora 145 volúmenes de texto, se complementa con el Edificio de Uso Múltiple, existente, y promueve la continuidad del transito peatonal por el interior de la manzana. Así, establece una suerte de segunda trama de circulación, paralela a la de las calles, colapsada por el movimiento de los actuales 100 mil estudiantes que se desplazan diariamente por el barrio.
Por tratarse de una zona de alta densidad, tanto este edificio como el anterior se esfuerzan en llevar luz natural y aire fresco a la totalidad de sus instalaciones habitables, por medio de sistemas pasivos y materiales claros que reflejan y conducen la luz. Las cubiertas son utilizadas como zonas habitables, instalando en ellas programas públicos, jardines y zonas de relax, con reposeras y decks de madera que facilitan la interacción con el espacio exterior.
El Edificio de Uso Múltiple, tiene la particularidad de haber sido construido en el patio trasero de una casa de los años '40, que fue restaurada para preservar la escala de la calle. Mientras que la nueva Biblioteca, sobre la calle Vergara, utiliza un terreno baldío, donde existió una construcción liviana sin valor patrimonial.
"La biblioteca aparece con un volumen verde, cuya vegetación sirve de filtro solar a la orientación oeste, y representa simbólicamente la actitud responsable de la institución, que con este edificio postula por vez primera a una certificación LEED GOLD, convirtiéndose en el primero y único edificio universitario en Chile proyectado bajo estos parámetros", apunta Klotz, quien destaca la complejidad de generar más de 500 estaciones de trabajo con luz natural en un edificio cuyas fachadas asoledas se protegen con vegetación.
fuente: www.clarin.com