Casa Palmas by DOSA STUDIO from Juan Benavides on Vimeo.
Mara Corradi
fuente: www.floornature.es
El proyecto del joven estudio mexicano DOSA, denominado Casa Palmas, es un experimento de arquitectura residencial participativa con un presupuesto limitado. En un país como México donde muchas de las viviendas las construyen sus habitantes, sin conocimientos técnicos y sin aplicar los parámetros residenciales mínimos, como las proporciones de puertas y ventanas, casa Palmas constituye un ejemplo a seguir, ya que aun teniendo a disposición una superficie limitada procura cumplir las necesidades de iluminación natural, cambio de aire e intimidad.
La casa de familia de los clientes se erigía en una pequeña parcela del barrio de Las Palmas en Texcoco desde hacía unos 40 años. Esta familia está compuesta por varias generaciones que viven bajo el mismo techo, y decidieron llamar a un pequeño estudio de arquitectos para mejorar sus condiciones de vida, aunque siguieran compartiendo todos la misma casa. La casa anterior, como otros muchos edificios de la ciudad de Texcoco se había ido ampliando y transformando a lo largo de los años, añadiendo volúmenes según las necesidades del momento, pero sin un proyecto inicial sobre el que trabajar. La primera decisión consistió en demolerla para erigir una nueva que se presentara claramente como unidad arquitectónica. La ubicación de la parcela, que da a una calle cercana a la arteria principal de la localidad, con evidentes problemas de congestión de tráfico y de contaminación acústica, hizo que la idea de unidad de la vivienda significara además un gesto de protección del exterior.
Parte del encanto de esta ciudad mexicana reside en el variado horizonte urbano. Los murales y los gráficos de los establecimientos comerciales alternan sus enormes manchas de color por las calles. Las filas de volúmenes con la misma escala y la integración de los establecimientos, tiendas y talleres en el entramado residencial produce una discontinuidad que a menudo va en detrimento de que la vivienda se reconozca e identifique como espacio reservado y protegido.
Casa Palmas aboga por que la vivienda sea reconocida como un elemento de atención por el bienestar, sobre todo de una familia numerosa que se identifica con el edificio y quiere marcar sus confines eligiendo como único material de construcción el ladrillo cara vista.
Con el ladrillo el proyecto traza no solo las paredes exteriores e interiores, sino que también delimita la parcela, definiendo de esta forma un espacio volumétrico compacto y bien preciso. Sin embargo el diseño no renuncia a diferenciar las distintas funciones: así quedan marcadas las tres partes que la componen, el núcleo principal cubierto y los dos patios laterales, uno de servicio y el otro que sirve de filtro entre el interior de la vivienda y el barrio.
La entrada principal se realiza precisamente por este último patio que es un “jardín de piedras” al que dan en la planta baja el salón-cocina con dos puertas acristaladas y los tres dormitorios que comparten una balconada en la primera planta. Esta que resulta ser la fachada principal y más abierta, por donde entra la luz para la planta baja los dormitorios del primer piso, da hacia el oeste. La fachada sur y la este, donde se encuentra el segundo patio que actúa también como aparcamiento, son más cerradas para proteger la vivienda del intenso sol durante el día. Como al atardecer la temperatura empieza a descender hasta bajar de forma radical por la gran diferencia térmica de la zona, el jardín y las habitaciones más utilizadas están colocadas hacia el oeste, para recibir el último sol del día.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto el ladrillo que se ha seleccionado es de un tipo que tiene una alta inercia térmica, que absorbe y cede el calor lentamente permitiendo que los espacios de la casa mantengan de día una temperatura más fresca y transmitiendo el calor acumulado durante la noche.
Es muy interesante la solución de la cubierta dentada, donde cada una de las paredes verticales contiene una cristalera que sirve para iluminar uno de los dormitorios. El desplazamiento de las sombras que proyectan sirve para marcar el transcurrir de las horas, satisfaciendo así la exigencia de intimidad. En este detalle reducido de arquitectura industrial, en un barrio donde no existe un tipo predominante sino que los distintos tipos se unen y se transforman, la casa Palmas encuentra su “aquel” que despunta como una bandera sobre el indistinto contexto urbano.
Para poder hacer coincidir el presupuesto con la demanda de mejoras de la calidad de vida de la familia, el proyecto ha dejado las superficies totalmente desnudas, sin acabados, utilizando el metal pintado de rojo oscuro en los cerramientos y escaleras como único sistema de conexión e interrupción entre los suelos de cemento bruto y las paredes, como único detalle no estructural. Por otro lado se ha prestado gran atención a la cuadricula de paredes, a la calidad y colores de los ladrillos, cuya instalación sigue unos matices que trazan un diseño con una variación cromática precisa, desde los tonos más oscuros a los rojizos y amarillentos, que incluso recuerda ciertas obras de arquitectura de Alvar Aalto.
Los interiores desguarnecidos, con su decoración esencial de madera y metal confirman esta línea de sobriedad que se ha adoptado también como signo de estilo.
Mara Corradi
fuente: www.floornature.es