La filosofía que rige esta vivienda situada en Las Rozas supone un equilibrio entre ideas opuestas y estructuras reales resueltas con acierto y valentía. ¿Quién le diría al visitante que este lugar está condicionado casi exclusivamente por la colocación de enormes vigas rematadas por un bloque de granito que a modo de campanario funciona como un contrapeso de veinte toneladas? En total se trata de siete elementos en sentido ascendente de mayor a menor peso. En cada rincón, la mirada escapa hacia Guadarrama y la pesadez infundida por los brazos de hormigón se convierte en transparencia y ligereza al crearse un espacio que se funde con el paisaje y respira con él.
El programa arquitectónico se organiza alrededor de un patio abierto a una piscina. Las habitaciones se distribuyen a su alrededor integrándola como un elemento central. Apuntemos que el domicilio incluye una segunda piscina en una de las vigas que salen desde el dormitorio principal. De tan sólo una calle y con el largo olímpico, permite al propietario mantenerse en forma sin salir casi de su habitación.
La casa Hemeroscopium se ha convertido en un hito arquitectónico y constructivo que refleja el pensamiento de García-Abril en su quehacer diario. “No recuerdo ninguna arquitectura que me interese en la que el espacio creado no sea otra cosa que el resultado de un sistema estructural bello, ingenioso y audaz”. Y todo ello con hormigón, la “piedra del siglo XXI”, que en este proyecto se humaniza hasta tal punto que se oyen crujir los apoyos de las vigas en sus procesos diarios de dilatación y contracción.
Atinne, Global Asento y efece arquitectura, con motivo de la exposición "La silla del arQuitecto" presentan un documental del mismo título realizado expresamente para esta ocasión por la empresa de producción audiovisual Damelume.