Con 57 metros de longitud, 54 de ancho y 21,30 de alto, la VitraHaus sobresale por encima del resto de edificios del campus. El objetivo era evitar un edificio horizontal, típico de las plantas de producción, para erigir un conjunto vertical, alejado del suelo y que ofreciera vistas sobre el paisaje de los alrededores y sobre el propio complejo.
La estructura, que albergará una exposición con el mobiliario doméstico de la firma, reúne dos temas recurrentes de la obra del estudio de Basilea: la casa a dos aguas, arcaica y atemporal, y el solapamiento de espacios. En la VitraHaus, la idea de la casa original, formada por cinco superficies —dos paredes, dos aguas del tejado, un suelo— es especialmente poderosa, haciendo que las proporciones y dimensiones de las salas evoquen situaciones espaciales familiares y de connotaciones cotidianas.
Las distintas ‘casas’, apiladas unas sobre otras con voladizos de hasta quince metros y fundidas en un único espacio expositivo, se conciben así como elementos abstractos, presentando acristalamientos en los frentes y ofreciendo un aspecto de extrusionado que hace referencia expresa al proceso de fabricación industrial del mobiliario que contienen.