La Caja Oscura, proyectada por Javier Corvalán, se compone básicamente de dos partes: una planta baja a modo de basamento, construido en tierra y piedra, y por encima una caja metálica, liviana, que a través de un sencillo mecanismo puede abrirse para iluminar y ventilar naturalmente el espacio interior de la planta alta. Esta casa/atelier, representa un proyecto de tecnología material e inmaterial al mismo tiempo, que de alguna manera contradice a muchas definiciones conocidas sobre qué es la arquitectura. La idea, esencialmente se construyó a partir de la ausencia de luz.
El espacio funciona como una gran cámara estenopeica, que con la caja en posición "cerrada", permite proyectar en el interior la imagen del paisaje natural que ingresa a través de un pequeño orificio de su fachada.