Nos gusta esa cualidad de la arquitectura de hacer posible el construir una casa en el aire, caminar sobre el agua.
Un solar abrupto que mira al mar, lo mejor no hacer nada, apetece quedarse.
Se engarza una pieza que respeta el perfil natural del terreno.
Arriba, la sombra, la casa, mirando serenamente hacia el mar Mediterráneo.
Bajo el sol, la piscina nos acerca el mar, una cala tranquila.
En el punto de inflexión, la escalera propone un recorrido sugerente, un jardín en el sótano...
fuente: www.fransilvestrenavarro.com